La polifonía franco-flamenca

La polifonía franco-flamenca, como sugiere su nombre, tuvo origen en compositores del norte de Francia, los Países Bajos y Flandes, que trabajaron en las cortes y ciudades de toda Europa. En esta breve descripción nos enfocamos especialmente en los compositores activos a lo largo del río Escalda. La academia de Bornem se encuentra a lo largo de este río que nace en Francia (no lejos de Cambrai) y desemboca en Amberes.


El Escalda era/es una arteria importante desde el punto de vista económico porque permitía el fácil transporte de mercancías y el desarrollo del comercio. A lo largo del río se desarrollaron centros comerciales donde la música desempeñaba un papel importante. Las ciudades que tuvieron un papel destacado a lo largo del río son Cambrai (donde trabajaron los compositores Guillaume Dufay y Josquin Desprez), Valenciennes, Tournai, Gante y finalmente Amberes. De Weert (parte de Bornem) fue el probable lugar de nacimiento del compositor/madrigalista Giaches de Wert. La música de Giaches de Wert tuvo una influencia particular en Claudio Monteverdi.

La primera música polifónica inicialmente surgió como música improvisada. La música cantada durante las funciones religiosas consistía principalmente en música gregoriana monofónica. Una hipótesis plausible es que los cantantes, por aburrimiento, improvisaran una segunda voz y luego una tercera, una cuarta y finalmente un entrelazado polifónico muy complejo.

"Salvar" la música.

En los siglos XV y XVI, la única forma de registrar la música era escribirla. La producción de libros era una actividad particularmente costosa y compleja. Todo lo que estaba escrito se escribía a mano en pergamino. Era un privilegio para los más ricos encargar e intercambiar libros en ocasiones excepcionales. La iglesia, los tribunales y la rica burguesía compraban manuscritos como símbolo de estatus.


Manuscritos musicales.

Dado que los manuscritos eran tan valiosos, los músicos disponibles componían música a partir de un manuscrito. Todas las voces de una canción debían ser visibles en una sola apertura (2 páginas). En obras más grandes, como las misas, uno de los cantantes tenía la responsabilidad de dar vuelta a la página en el momento adecuado.



Por otro lado, los cantantes y grupos corales itinerantes también tenían pequeños opúsculos a su disposición. Estos pequeños manuscritos servían más como una especie de recordatorio de las canciones favoritas. Podrías compararlo con una lista de reproducción de Spotify.

Hacer música también era un evento comunitario. En muchas ocasiones y eventos, la música se hacía en conjunto. La música no solo se registraba en libros y colecciones, sino que también se escribía de las maneras más interesantes. Por ejemplo, en una fiesta, en la mesa podría haber un mantel con un fragmento de cuatro partes escrito en diferentes lados del mantel.
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