La mejor manera de introducir a los alumnos en el repertorio era dándoles tres lecciones por obra, en las que se acercarían a las piezas, de tres maneras diferentes:
1. El contexto: aquí encontrarían información relevante sobre el origen de la pieza, el autor y la relación entre la pieza, la historia de la región y cómo podemos encontrar material folclórico a lo largo de la pieza. Además, podríamos incluir algunas actividades para acercarlos a nuestras ciudades y a sus principales lugares de interés.
2. El ritmo, la melodía y la armonía: el ritmo es la parte más importante de la música española, es lo que la caracteriza y la hace tan reconocible en todo el mundo. En esta parte de la lección, los estudiantes encontrarían actividades que ayudarían a practicar los compases especiales, los acentos y los ostinatos. Además, encontrarían algunos ejercicios para aprender a cantar el modo Phrigyan (el más importante de la música folclórica española).
3. La interpretación: en esta parte de las clases, los alumnos y profesores encontrarían algunos consejos que les ayudarían a tocar la pieza de la forma más cercana a la realidad, para que tuvieran una idea temprana sobre el tempo, la dinámica y, en el caso de las guitarras, la digitación. Además, encontrarían la traducción y pronunciación de las piezas corales.